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Parque Natural de Ses Salines

Los estanques salineros se explotan desde el 600 a. C. y componen y un ejemplo único de biodiversidad

  • Puesta de sol sobre los estanques de Ses Salines, en Ibiza
    Photo: Xescu Prats
  • Los estanques de Ses Salines se explotan desde tiempos fenicios
    Photo: Xescu Prats
  • Los estanques de Ses Salines ocupan una superficie de 400 hectáreas
    Photo: Xescu Prats
  • Canal junto a los estanques próximos a la playa de Es Cavallet, en el Parque Natural de Ses Salines
    Photo: Xescu Prats
  • La sal extraída de los estanques de Ses Salines se acumula hasta ser trasladada al embarcadero, con destino a ciudades de toda Europa
    Photo: Xescu Prats
  • Embarcadero de Sa Canal, en el Parque Natural de Ses Salines
    Photo: Xescu Prats
  • Panorámica de la playa de Ses Salines, la más famosa de cuantas alberga el Parque Natural
    Photo: Xescu Prats
  • Playa de Es Codolar, en el Parque Natural de Ses Salines
    Photo: Xescu Prats
  • Islotes frente a la torre de Ses Portes. Al fondo, el faro de S\'Illa des Penjats (Isla de los Ahorcados)
    Photo: Xescu Prats
  • Costa rocosa y aguas de color turquesa, en Ses Salines
    Photo: Xescu Prats
  • Pouet de Sa Trinxa, camino de la Torre de Ses Portes, en Ses Salinas. Está construido en mampostería con piedra arenisca de la zona y posee una pica rectangular
    Photo: Xescu Prats
  • Rincón de costa en la playa de Ses Salines. Un artista anónimo ha esculpido la roca de arenisca del centro
    Photo: Xescu Prats
  • Iglesia de Sant Francesc, a la entrada del Parque Natural de Ses Salines
    Photo: Xescu Prats
  • Capilla de Sa Revista, próxima a la playa de Es Cavallet
    Photo: Xescu Prats

Ses Salines fue declarado Parque Natural en el año 2001 y constituye una de las visitas imprescindibles que hay que realizar en Ibiza. El territorio de la reserva abarca casi 3.000 hectáreas terrestres y 13.000 marinas, y se extiende por el sur de Ibiza y el norte de Formentera, ocupando también el brazo de mar que las separa, que alberga buena parte de las praderas de posidonia oceánica que envuelven las islas y que forman parte de la declaración de Ibiza Patrimonio de la Humanidad, en 1999. Su acción es la causante de la rica biodiversidad marina de la isla, así como de la pureza de sus aguas e incluso del paisaje de la costa pitiusa.

En Ibiza, la entrada al parque se encuentra situada en la inmediaciones de Sant Jordi. Éste acoge no sólo los antiquísimos estanques de las salinas, sino también las playas de Es Codolar, Ses Salines, Es Cavallet; la cala de Sa Sal Rossa; las torres defensivas de Es Carregador y Ses Portes, la iglesia de Sant Francesc y la capilla de Sa Revista. En la casa parroquial de Sant Francesc, junto a la iglesia, se ubica también el Centro de Interpretación del Parque Natural de Ses Salines, donde puede conocerse con detalle la flora y la fauna de la reserva, así como la historia de los estanques.

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Torre des Carregador y casetas varadero de Sa Sal Rossa, en el Parque Natural de Ses Salines

Photo: Xescu Prats

En la antigüedad, la sal era un elemento vital, ya que permitía la conservación de los alimentos. El “oro blanco” constituía un factor de riqueza allá donde se producía, hasta el punto de ser utilizada como moneda de cambio en distintas épocas. En Ibiza la explotación de las salinas comenzó en época fenicia, alrededor del 600 a.C., y constituyó durante siglos la principal fuente de riqueza de la isla, ya que cartagineses, romanos, musulmanes y cristianos continuaron produciendo sal de forma ininterrumpida.

La explotación intensa de los estanques comenzó en tiempos de la Ibiza musulmana, en los siglos XII y XIII. Las grandes mejoras técnicas de los estanques, sin embargo, se produjeron tras la reconquista catalana, en el siglo XIII. En épocas anteriores, la sal se obtenía de forma natural, recolectándose en los márgenes de los dos grandes estanques que entonces existían. El agua penetraba por un canal con las mareas y luego se evaporaba, acumulando el preciado mineral. Los cristianos instalaron compuertas, crearon nuevos estanques y mejoraron las infraestructuras de embarque.

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Playa de Es Cavallet, en el Parque Natural de Ses Salines

Photo: Xescu Prats

La sal, de hecho, se convirtió en la principal fuente de financiación de la Universitat, el gobierno de la isla, que las explotó hasta que, tras la Guerra de Sucesión, en 1715, la Corona pasó a administrarlas directamente. En 1871 fueron subastadas y adquiridas por la sociedad Fábrica de Sales de Ibiza. Poco tiempo después, en 1898, pasaron a manos de la empresa de Mallorca que hoy las sigue gestionando: Salinera Española. En el siglo XIX se instaló el ferrocarril, con una locomotora de vapor y varias vagonetas, que transportaba la sal hasta el muelle de Sa Canal y que perduró hasta 1972, cuando fue sustituido por tractores con remolque.

En la actualidad, la sal de Ibiza se refina para el consumo doméstico y también se exporta al natural a países del norte de Europa, que la utilizan sobre todo para la industria de salazón de pescado. Entre sus mayores clientes, Islas Feroe (Dinamarca) y Portugal. Al final de la playa de Ses Salines, se sitúa el pequeño puerto de Sa Canal, donde se embarca esta materia prima. Actualmente trabajan en el proceso de extracción de sal unas veinte personas, frente a las de 1.000 que llegó a concentrar esta industria cuando todo el proceso se hacía de forma manual.

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Flamencos en los estanques del Parque Natural de Ses Salines

Photo: Xescu Prats

Los estanques son la mayor zona húmeda de la isla, con una superficie de 400 hectáreas y resultan un ejemplo paradigmático de la biodiversidad mediterránea. Acogen a 178 especies de plantas y 210 de aves, que utilizan este espacio para nidificar y descansar en el transcurso de sus migraciones. Pero además ofrece una riqueza de ecosistemas única, que incluye los estanques de las salinas, playas rocosas y arenales, cordones dunares con sabinas centenarias y acantilados sobrevolados por rapaces. El ave más destacada es el flamenco, que en la actualidad pasa en los estanques prácticamente todo el año. Llaman la atención por el color rosado de su plumaje, que se debe a un crustáceo que habita los estanques más salinos llamado Artemia salina. Es el alimento favorito de los flamencos.

La rejilla que componen los estanques cuando se observan desde sitios elevados también varía de color, desde azules y verdosos hasta rosados intensos. En realidad, el color está relacionado con la concentración de sal y las especies que colonizan el agua. Hay tres tipos de estanques: calentadores, concentradores y cristalizadores. Los calentadores acumulan agua del mar, que entra a las salinas a través de dos compuertas situadas en la playa de Es Codolar y otra en Es Cavallet. Concentran agua con un porcentaje de salinidad que va desde los 36 gramos por litros habituales del mar, hasta los 85 gramos por litro.

En los concentradores el índice de salinidad llega hasta los 170 gramos. Ahí vive el crustáceo del que se alimentan los flamencos y también un alga microscópica (Dunaliella sabina) y una bacteria (Halobacterium salinerum). Estas dos últimas son las responsables de la tonalidad rosada que adquieren los estanques. Al agua finalmente pasa a los cristalizadores, menos profundos, donde se recoge la sal, habitualmente durante los meses de septiembre y octubre.

El parque ofrece la posibilidad de realizar múltiples paseos entre los estanques y también hasta las torres de defensa. El trayecto hacia la de Ses Portes, situada entre las playas de Ses Salines y Es Cavallet, es especialmente memorable.

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Municipality Sant Josep de Sa Talaia
Area Sant Jordi
How to arrive
La entrada al Parque Natural de Ses Salines se sitúa en la carretera del aeropuerto, a la altura de Sant Jordi
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