Reserva Natural de Cala d’Hort

La Reserva Natural de Cala d’Hort, en Sant Josep, abarca buena parte de la costa suroeste y protege el entorno de Cala d’Hort, Cala Carbó y Cala Vedella, así como los islotes de Es Vedrà, Es Vedranell, Sa Conillera, S’Illa des Bosc, S’Espartar y Ses Bledes. El Parque también concentra una amplia variedad de flora y fauna, así como el yacimiento arqueológico de Ses Païsses de Cala d’Hort, la Torre des Savinar, numerosas casas payesas y una colección impresionante de acantilados y costa abrupta, como Sa Pedrera de Cala d’Hort (Atlantis).

En la carretera que va hacia Cala d’Hort, aproximadamente un kilómetro antes de alcanzar la playa, hay un camino a la izquierda que desemboca en el acantilado que hay al pie de la Torre des Savinar, lugar conocido como Era des Mataret, y que constituye uno de los paseos más agradables que pueden realizarse en Ibiza. Hay que recorrerlo a pie y requiere de unos 20 minutos. Desde ahí, merece la pena subir a la torre y disfrutar de la impresionante presencia de Es Vedrà, que domina el horizonte a lo largo de toda la reserva natural. La puesta de sol desde esta atalaya resulta espectacular.

Atardecer junto a S'Espartar y las islas Bledes, desde Platges de Comte (Ibiza)

Photo: Xescu Prats

El islote de Es Vedrà impresiona por su altura, gracias a que se eleva casi 400 metros (Sa Talaia de Sant Josep, el monte más alto de la isla, tiene 475). En torno a él figuran toda clase de leyendas, tanto antiguas como contemporáneas. Algunas aseguran que nadie ha muerto nunca sobre ella y otras le atribuyen un magnetismo sobrenatural, que ha dado lugar incluso a experiencias extrasensoriales. La aura mágica que envuelve a Es Vedrà probablemente comenzó a originarse en el siglo XIX, cuando se refugió en ella el carmelita descalzo Francesc Palau, que sobrevivió alimentándose de huevos de gaviota y bebiendo el agua de lluvia que se almacenaba en el interior de una cueva. El místico catalán relató que en es Vedrá había vivido experiencias inexplicables.

Por esta razón, vecinos de la zona subieron una gran cruz de madera hasta el punto más alto del islote, que sólo los que tienen gran agudeza visual pueden observar con total nitidez desde la costa de Ibiza. El islote es una de las imágenes más populares y ha sido portada de discos, libros y revistas. También es territorio de halcones y alberga cabras salvajes.