El corazón de la ciudad, salpicado de edificios coloniales, rinde homenaje a un heroico general ibicenco
La primera cala de la bahía, rodeada de hoteles y restaurantes
Pintoresca localidad del interior, con una bella iglesia y un poblado medieval
Inolvidable paseo hasta una antigua cantera de marès al borde del mar, con piscinas naturales
La fortaleza renacentista consta de siete baluartes y abraza un perímetro de 1.800 metros
El hogar en el barrio de Sa Penya de uno de los grandes arquitectos racionalistas, hoy convertido en museo
Recóndito rincón marinero próximo a Platges de Comte, con un acantilado agujereado repleto de casetas varadero
Este pequeño templo encalado, del siglo XVIII, destaca por su escasa altura y sus dos accesos
Un auténtico puerto natural, de aguas cristalinas, con multitud de servicios
Refugio del siglo XVIII para vigilar los islotes de poniente y el puerto de Sant Antoni