Está situado al oeste de la isla y concentra los pueblos de Sant Antoni, Sant Rafel, Santa Agnès y Sant Mateu
Bello y extenso valle agrícola del interior de Sant Josep, repleto de cultivos de secano y coronado por densos bosques
Extensa playa de arena de ambiente familiar, con hoteles sobre los acantilados y múltiples servicios
Mercado tradicional de verdura, construido en el siglo XIX con forma de templete griego
Antigua fábrica textil de estilo modernista, reconvertida en teatro-auditorio municipal, biblioteca y centro cultural
El corazón de la ciudad, salpicado de edificios coloniales, rinde homenaje a un heroico general ibicenco
Pequeño pueblo situado junto a la capital, con una iglesia que conserva un retablo gótico de gran belleza