Los barrios marineros crecieron a la sombra de las murallas y hoy ofrecen el ambiente más animado de la capital
Área Natural de Especial Interés que se extiende por una cuarta parte del territorio de la isla, en la costa norte
Yacimiento arqueológico con los restos de una casa de campo musulmana del siglo XII, en el Pla de Corona
Un amplio sendero junto al mar, que enlaza las playas y enclaves más importantes de la bahía
El lugar por el que las tropas catalanas penetraron en la fortaleza musulmana, en el siglo XIII
La playa más extensa de la isla, bastante solitaria, de piedra redondas en el exterior y arena dentro del agua
Asentamiento púnico-romano, con restos de viviendas y una necrópolis
Inolvidable paseo hasta una antigua cantera de marès al borde del mar, con piscinas naturales
Templo impulsado por la expansión de la ciudad, a mediados del siglo XX
Pequeña cala de grava, con algunas casetas varadero y un paisaje precioso con la presencia del islote de Tagomago