Inolvidable paseo hasta una antigua cantera de marès al borde del mar, con piscinas naturales
Entorno cultural para disfrutar del arte y conocer la forma de vida de los ibicencos de hace cien años
Modesto templo encalado, erigido en el siglo XIX por los pocos habitantes del entorno
Espectáculo de luz, agua y sonido en una gruta con 100.000 años de antigüedad
La playa más extensa de la isla, bastante solitaria, de piedra redondas en el exterior y arena dentro del agua
Estructura vigía en lo alto de un acantilado, con S'Illa Murada y S'Illa des Bosc a sus pies
Cueva con pinturas rupestres, en una abrupta zona de acantilados
Pintoresca localidad del interior, con una bella iglesia y un poblado medieval
Acantilados y calas vírgenes, con un horizonte plagado de islotes
Localidad típica perfectamente conservada, con restaurantes y terrazas de verano en antiguas casas payesas